martes, 10 de julio de 2007

En la quebrada Agua de Maíz



Un hombre se dedica a explotar las riquezas que las aguas arrastran.
Armado con un cedazo, busca las prendas de oro que se le caen a las personas en pocetas y lavamanos y que, al final, van a parar al cauce. Armando Marcano no es un indigente; es un trabajador que consiguió una forma diferente de ganarse la vida después de haber sido vigilante en un parque de Santa Cecilia que colinda con la quebrada.


Extracto del artículo de Carlos José Faigl, Diario El Nacional jueves 16 de agosto de 2007.

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